El Vicente Calderón se ha antojado como clave en la victoria cosechada por el Atlético de Madrid frente al sólido líder de la Liga, que hasta el momento no había perdido un solo partido. El Atlético no ha hecho ningún favor a nadie con la victoria de hoy frente al Barcelona, únicamente se favorece a sí mismo puesto que estos tres puntos nos alejan de los puestos de descensos y nos hacen pensar en distintas cotas y metas de cara al desenlace del campeonato. No sólo ha sido el mejor partido del Atlético en años sino que las gradas del Vicente Calderón han demostrado una vez más por qué somos la mejor afición de España. Supieron leer en todo momento el partido y animaron en los momentos más críticos por los que pasó el equipo, además de crear de nuevo un ambiente inmejorable para la disputa de un partido de fútbol de estas características. Reyes y Perea fueron, para mí, los héroes de un Atlético de Madrid que necesitaba esta victoria como bálsamo para afrontar los difíciles cruces que esperan en las próximas jornadas. A los que pronosticaban una victoria clara del Barça en Madrid, sólo decirles que no saben hasta dónde llega la grandeza de este club, un equipo que ha sido capaz de marcarle 10 goles en 3 años al Barça en el Vicente Calderón y de pasar por encima del mejor equipo del mundo. Desde estas líneas me gustaría decirle a Miguel Serrano que una cosa es odiar al Atlético y otra muy distinta, ignorar la GRANDEZA de este club.
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