Nos encontramos con un grandísimo equipo. No supimos cómo hacerle frente y anular a sus máximos baluartes: Xavi, Messi e Iniesta. Cuando se asociaban en mediocampo ya daban sensación de peligro. Raúl y Assunçao no terminaban de incomodarlos y Reyes no acaba de entender como tiene que defender un interior cuando el rival ataca. Simao hizo un excelente trabajo pero desde los primeros minutos el Barça compró la pelota, la repartió de lado a lado y la acabó alojando dentro del marco de De Gea en una jugada antológica. El gol hizo justicia, el Atlético conseguía robar pero no lograba enlazar, R. García no encontraba la batuta que le hubiera permitido hacer jugar al equipo y Assunçao está demasiado limitado como para hacer llegar un balón en condiciones óptimas al depredador Forlán. Con Agüero lesionado en el campo el uruguayo tenía que multiplicarse, Simao ayudar a Domínguez y apoyarle en izquierda, mientras que Dani Alves y Pedro se bastaban para dominar esa parcela del campo. El gol de García sirvió únicamente para espolear a la afición, que no al equipo. Embotado el centro del campo, solo Simao intentaba poner nervioso a Piqué y Puyol en alguna internada. Algo más tarde, desconcentrado Godín y acertado Piqué. Gol del Barça, 1-2 y a vestuarios.
La segunda mitad no tuvo color. El barça dominó a placer, Iniesta impartío cátedra y Villa lo intentó de diversas maneras pero sin encontrar portería. De Gea tuvo mucho que decir y demostró que es el mejor portero de la Liga sin discusión. Las paró por arriba y por abajo, atajó centros imposibles y desquició a Messi y Villa, cosa que pocos han conseguido.
En definitiva, 3 puntos merecidos para un Barça que necesitaba limpiar su imagen ante un pobre Atleti que volvió a ofrecer signos de ultradependencia del Kun, que cuando no está se nota, y mucho.
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